En Iniciativa Himalandes, 2001, Taller Internacional Himalandes: 123-128. Lima.
Mario Rabey
Las ideas que aquí se presentan maduraron durante un viaje de sesenta días por el Himalaya, realizado en diciembre de 1999 y enero del 2000, inmediatamente después del Taller sobre Desarrollo Sustentable en Montañas organizado por la Iniciativa Himalandes (IH) en Kathmandú, Nepal, noviembre de 1999. Durante el viaje recorrí principalmente la región norte de Nepal, donde están representadas las dos principales ecorregiones (y regiones culturales) de los Himalayas: los altiplanos tibetanos y los valles fértiles mesotérmicos. Estas dos regiones presentan importantes paralelismos con las dos grandes ecorregiones (y regiones culturales) de los Andes, las punas o altiplanos y los valles mesotérmicos, denominados según el país quebradas o keshwas (Guillet 1983). La recorrida de campo también abarcó un área del Tíbet, incluyendo su capital Lhasa, y del Himal Pradesh, estado himalayo en el noroeste de la India.
La filosofía de IH se centra en la cooperación entre regiones montañosas, buscando identificar las áreas donde cada región se muestra más innovativa y con mayores capacidades para aprovechar los recursos naturales y culturales. Los principales impulsores de la IH son Alejandro Camino y Mario Tapia. Ambos han estado entre los iniciadores del movimiento de la década del ´80 que ha sido denominado “Tecnología Andina”, con el cual he tenido una vinculación importante a través de actuaciones en Investigación y Desarrollo de Tecnología Apropiada (Merlino y Rabey 1981, Rabey et al 1983, Rabey y González 1985). En esta perspectiva, quiero enfatizar que la IH no sólo estimula la acción colaborativa entre científicos y tecnólogos de las dos regiones, sino también un renovado impulso para la colaboración entre investigadores de la propia región andina. Dado que un objetivo central de la IH es el intercambio de experiencias y resultados científico tecnológicos, discutiré una visión personal sobre los campos temáticos donde presuntivamente podrá focalizarse dicho intercambio.
1. Pastoreo en los altiplanos. El yak en el Tíbet y los camélidos sudamericanos (llama-alpaca) en las Punas.
2. Agricultura de colonización en las tierras bajas. El maíz en los Himalayas y el arroz en los Andes.
3. Turismo alternativo. Artesanías.
4. Fronteras internacionales.
5. Construcción de identidades culturales y movimientos de población.
6. Procesos de producción de la ciudad a través de la interacción entre actores sociales.
7. El papel de los sistemas religiosos.
8. Fronteras entre civilizaciones
Fig.1: Algunos campos temáticos de interés potencial para la Iniciativa Himalandes
Como puede observarse, la transferencia de conocimientos que he mencionado antes, no se centra en resultados de proyectos de Investigación y Desarrollo (es decir en conocimientos producidos por el sistema convencional de Ciencia y Tecnología). Propongo en cambio reflexionar acerca de los sistemas himalayos de conocimiento popular, y de los modelos populares de desarrollo en la región como fuente para la formulación de modelos de desarrollo regional apropiados para la región andina.
En la década anterior, había encarado estos problemas desde la perspectiva de la cultura andina (Rabey 1990 a, 1990 b, 1994). Pero ahora, en el contexto de la IH, pretendo utilizar una perspectiva que abarque a esas dos grandes ecorregiones culturales. La idea no es entonces realizar estudios comparativos entre ambas regiones, como ya se propusieron Guillet (1983), Fricke (1989), y Rhoades (1990), entre otros. Se trata, en cambio, de utilizar la experiencia de las culturas himalayas como fuente para la formulación de modelos de desarrollo sustentable para los Andes -y viceversa-. Más allá de la mera transferencia de tecnología, se procura, en lugar de imitar al modelo de desarrollo dominante producido por la civilización europeo-americana, inspirarse en los estilos de desarrollo propios de los pueblos himalayos.
En el listado tentativo de problemas que he presentado en el cuadro de arriba, los numerados (1) y (2) (pastoreo y agricultura), junto con otros que no he incluido en el listado (tales como sistemas tradicionales de construcción de viviendas), pueden ser insumos importantes para concebir desarrollos de tecnología apropiada. La posibilidad de la cría del yak en los Andes ya ha sido sugerida por los impulsores de la IH. Se trata de un animal completamente adecuado a los ecosistemas de alta montaña, tal como los camélidos sudamericanos, con la diferencia de tratarse de un bóvido, con mayor volumen, y entonces mayor peso en carne, mayor capacidad de carga y producción de leche. El arroz, que ha sido incorporado en algunas zonas del piedemonte andino, y de sus contrafuertes orientales por colonos provenientes de las tierras altas andinas, todavía exhibe en esta región una tecnología muy inadecuada y parece interesante la posibilidad de transferir allí tecnologías campesinas himalayas, algo que también han planteado Camino y Tapia.
Los problemas (3) y (4) (turismo y artesanías), se relacionan con actividades productivas directamente ligadas a la generación de empleo a través del empleo de la identidad cultural como capital. Es ampliamente conocido el papel que cumplen las artesanías himalayas en la economía de algunos de sus países. Las formas empresariales, el comercio y la organización de predios y otros espacios para la venta de artesanías, pueden ser de gran interés en el mundo andino. En las dos últimas décadas, el turismo basado en las comunidades himalayas parece haber tenido una gran expansión y en una escala mucho mayor que en otras regiones del mundo, habiendo permitido ya que expertos de la región transfieran su experiencia a comunidades de los Andes peruanos (Jain 1997).
Los problemas (5) y (6) (fronteras y ciudades) permiten reflexionar sobre la relación entre políticas estatales de planeamiento y las prácticas colectivas de los actores sociales. El tratamiento de fronteras blandas entre Nepal y la India debe merecer una especial atención para el rediseño de nuestras políticas de fronteras en los Andes. En cuanto a las políticas urbanas, aspectos tales como la agricultura urbana en el Nepal, los mercados de productos rurales y la urbanización respetuosa de los caminos rurales campesinos, para citar sólo tres ejemplos, pueden ser de gran interés para la planificación del desarrollo urbano en los Andes.
Finalmente, los problemas (7) y (8) (sistemas religiosos y choques entre civilizaciones) nos llevan a focalizar en aspectos donde ambas regiones difieren considerablemente. En efecto, los Himalayas son -y han sido durante los últimos dos milenios- el principal escenario de encuentro y choque entre tres grandes civilizaciones (India, China e Islam). Esa situación difiere considerablemente de la escena andina, donde sobre el sustrato de una civilización derrotada militarmente (los Inca) se ha instalado una de las zonas de expansión de la civilización europea, bajo su forma latinoamericana. Ello tiene su correlato también en las expresiones religiosas: las grandes instituciones religiones “nativas” del centro de Asia -el Hinduismo, el Budismo y el Islam nativizado, junto con otros sistemas religiosos más nuevos como el Sikh- no tienen ningún correlato en los Andes, donde la/s religión/es andina/s nativa/s han ocupado durante los últimos cinco siglos un lugar de resistencia ante la hegemonía de las variantes del Cristianismo (Merlino y Rabey 1992). Sugiero que puede ser importante para los países andinos prestar atención al papel que ocupan las antiguas religiones en la construcción de las filosofías y prácticas políticas y de administración pública en los Himalayas.
En el cuadro siguiente, se sintetiza estas cuatro cuestiones que acabo de definir preliminarmente como relevantes para la transferencia Himalaya-Andes en la formulación de modelos de desarrollo sustentables.
Fig. 2: Cuatro cuestiones relevantes para la transferencia Himalaya-Andes
El papel del conocimiento indígena y popular para el desarrollo sustentable ya es ampliamente reconocido (Barsh 1994), así como para la conservación de la biodiversidad (Gadgil et al 1993, Rabey 1999). La mayor resiliencia de los ecosistemas himalayos, comparados con los ecosistemas andinos -pese a estar más densamente poblados- ha sido relacionada con la capacidad de resistencia cultural de los pueblos de los Himalayas (Guha 1989). Sobre la base de esta orientación, algunos autores como McNeely (1991) y Moock et al (1992) sostienen que la conservación de la diversidad cultural puede promover el desarrollo sustentable. Con mayor razón, la transferencia desde regiones donde la diversidad cultural se ha conservado con mayor vigor, hacia otras zonas ecológicamente semejantes, debe ser explorada como un mecanismo para promover la sustentabilidad a escala global.
Bibliografía mencionada
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Fricke, Thomas
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Gadgil, M.; Berkes, F.; Folke, C. 1993. Indigenous knowledge for biodiversity conservation. Ambio: A journal of the human environment. 22(2/3):151-156.
Guha, Ramachandra 1989. The Unquiet Woods: Ecological Change and Peasant Resistance in the Himalaya. New Delhi: Oxford University Press.
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