QUEBRADA DE HUMAHUACA:
Un paisaje cultural producto del trabajo conjunto de la naturaleza y el hombre durante 10.000 años
Este trabajo presenta y sintetiza los principales resultados de un trabajo de diagnóstico realizado por el autor, con la colaboración de un equipo interdisciplinario, por contrato del CFI, destinado a la fundamentación de la postulación de la Quebrada de Humahuaca para ser incorporada a la Lista de del Patrimonio de la Humanidad (World Heritage List) administrada por UNESCO. En el equipo participaron, además, el Arq. Néstor José (subdirector y responsable del diagnóstico del patrimonio cultural colonial y republicano), Susana Chalabe (a cargo de la coordinación metodológico-científica), Natalia Solís (patrimonio natural -geología-), Liliana Lupo (patrimonio natural –bioecología-), María Ester Albeck (patrimonio cultural prehispánico), Magdalena Choquevilca (patrimonio cultural tecnológico-agropecuario), Flora Losada (patrimonio cultural inmaterial), Héctor Torres (organización social), Jorge Nalvanti (economía) y Lina Rodríguez (legislación y documentación).
PRESENTACIÓN Y ENFOQUE
La Quebrada de Humahuaca, un territorio enclavado en el sur de los Andes Centrales, con testimonios continuos de más de diez mil años de ocupación humana y un paisaje resultado del trabajo conjunto de una naturaleza singular y los hombres que la habitaron y la habitan[1], será propuesta por el Gobierno de la Provincia de Jujuy para ser postulada por la Argentina para su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial (World Heritage List) administrada por la UNESCO e instituida por la Convención Internacional del Patrimonio Mundial en 1972.
El Decreto No. 2319/00 del Gobierno de la Provincia de Jujuy declaró de interés prioritario al proyecto, así como a todas las acciones conducentes a su logro, en el ámbito de la Secretaría de Cultura de la Provincia.
Una Resolución de la Secretaría de Cultura de la Provincia designó el equipo técnico que está a cargo de la formulación de la propuesta, con la dirección del antropólogo Mario Rabey, la subdirección del arquitecto Néstor José, y la participación de un equipo interdisciplinario. Sobre la base de un primer informe del equipo, la provincia de Jujuy ha solicitado al Gobierno Nacional la inclusión de la Quebrada de Humahuaca en la Lista Indicativa de Bienes del Patrimonio Mundial.
Asimismo, se desarrollan diversas tareas de gestión intersectorial, en el ámbito del gobierno de la Provincia y de sus municipios, orientadas a la formulación de un Plan de Gestión para la protección ambiental y patrimonial de la Quebrada de Humahuaca, que ya ha sido declarada paisaje protegido por una Ley Provincial.
Las poblaciones locales están siendo convocadas a participar en el Proyecto, a través de los Municipios, y se espera que esta convocatoria permita garantizar un alto involucramiento de las comunidades, especialmente de las poblaciones indígenas, herederas de la riquísima tradición cultural de la Quebrada.
De esta manera, en el proyecto se conjugan:
Un paisaje cultural de valor excepcional con representatividad regional
Un equipo científico interdisciplinario
Trabajo gubernamental intersectorial
Diseño de un Plan de Gestión ambiental y patrimonial
Participación de las comunidades indígenas y otros pobladores
LA QUEBRADA DE HUMAHUACA COMO PAISAJE CULTURAL
La postulación de la Quebrada de Humahuaca para la Lista de bienes del Patrimonio Mundial será hecha en la categoría de paisaje cultural. Esta categoría de bienes patrimoniales ha sido incorporada por el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1992[2], para contener las obras producidas por la acción combinada de la naturaleza y los hombres, a las cuales hace referencia la Convención del Patrimonio Mundial, junto con los bienes naturales y culturales.
Dentro de la categoría de paisaje cultural, la UNESCO ha reconocido tres subcategorías: los paisajes asociativos, donde la naturaleza está asociada con notables expresiones artísticas o culturales; los paisajes diseñados, producidos por la acción proyectual voluntaria; y los paisajes evolutivos, que se han establecido a partir de prolongadas interacciones entre el sistema natural y las prácticas humanas, especialmente las relacionadas con el manejo de los recursos naturales y la conservación de la biodiversidad. Los paisajes evolutivos, a su vez, incluyen paisajes relictuales o fósiles, que no son utilizados hoy con las prácticas que dieron lugar a su formación y donde sólo quedan de ellas testimonios arqueológicos, y paisajes vivos, donde las poblaciones actuales continúan las prácticas de sus antepasados y, con su capacidad innovativa, continúan produciendo paisaje[3]. En esta clasificación, claramente la Quebrada de Humahuaca constituye un paisaje cultural evolutivo vivo.
El paisaje y su producción histórica
En efecto, la Quebrada de Humahuaca es un sistema patrimonial resultado de la interacción continua entre un sistema geoecológico altamente representativo de la región andina sudamericana, y las sucesivas sociedades y culturas que se asentaron en ella durante los últimos diez mil años, con una continuidad espacio-temporal difícil de encontrar en otras áreas de los Andes, que se prolonga hasta el presente. El paisaje natural está integrado por: (a) un gran valle andino longitudinal ubicado entre los 2000 y los 3500 m de altura, con dirección norte-sur; (b) un conjunto de valles transversales; (c) áreas de laderas montañosas, que llegan hasta una línea de grandes cerros con nieves permanentes.
Estas áreas han constituido el escenario para gran parte de los desarrollos culturales de los Andes, desde los primeros poblamientos humanos hasta el presente. Han formado parte de las áreas nucleares de desarrollo agrícola prehispánico en el continente, más tarde fueron el asiento de algunos de sus primeros estados locales y el ámbito central de una de las más grandes civilizaciones anteriores a la llegada de los europeos: el Tawantinsuyo o Imperio Incaico. Durante los tiempos coloniales, fueron la principal área de producción agrícola de América del Sur, condición que mantuvieron hasta bien avanzado el período republicano independiente. Ello fue la base de importantes asentamientos humanos coloniales, tales co-mo pueblos de encomienda, haciendas y centros administrativos.
En el Siglo XIX, luego de las guerras de la Indepen-dencia y del período de guerras civiles anteriores al afianzamiento de la República, se produjo la consolidación de las antiguas poblaciones de la Quebrada de Humahuaca. En 1858 se regularizaron las trazas urbanas: se consolidó la cuadrícula, se normalizaron los anchos de calle, aparecieron las veredas (en algunos casos). Los antiguos sistemas de riego se adaptaron a estas innovaciones.
Durante el siglo XX, se fueron incorporando nuevas actividades. En las primeras décadas del siglo, se instaló un ferrocarril a lo largo de la Quebrada de Humahuaca como medio de transporte masivo y generador de desarrollo de las poblaciones existentes y de nuevos centros urbanos (Bárcena, Volcán, Colonia San José). Se sumó entonces una arquitectura y una actividad característica.
El último gran aporte cultural proviene del turismo. Durante la segunda mitad del siglo XX, familias de San Salvador de Jujuy, Salta y Tucumán adquirieron inmuebles en la Quebrada donde construyeron viviendas de veraneo. A éstas se fue agregando una todavía incipiente instalación hotelera, que alberga a la creciente corriente turística interesada en los atractivos culturales de la Quebrada de Humahuaca. Estos atractivos incluyen, no sólo las construcciones y sitios arqueológicos característicos de las sociedades y actividades humanas instaladas en la Quebrada durante su larga historia, sino un riquísimo patrimonio etnográfico.
En efecto, la actual población de la Quebrada de Humahuaca, étnicamente Coya o Kolla, es el sujeto colectivo de sistemas socioculturales que son la herencia de las antiguas culturas indígenas que pervivieron, con transformaciones producto de su contacto con los mundos español y moderno. Creencias y ritos, fiestas religiosas y profanas, música, culinaria, artesanías, estilos y técnicas constructivas, tecnologías agrícolas y otros conocimientos indígenas, constituyen los principales aspectos de este patrimonio cultural vivo, que contiene importantísimos componentes inmateriales.
En este espacio intercultural se ha recreado el cultivo de numerosas especies domesticadas en los Andes permitiendo la conservación de papas andinas, ocas, ullucos, quínoas, yacones, etc.
Las diferentes zonas agroecológicas están caracterizadas por diversas estrategias que, en la interacción hombre - naturaleza, han permitido el manejo sostenido de los recursos, manteniendo la impronta etno-gráfica y soste-niendo la cons-trucción de un paisaje donde se conserva gran parte de la bio-diversidad de los ecosistemas naturales.
La Quebrada de Humahuaca como ruta cultural
La Quebrada de Humahuaca no sólo constituye un ejemplo altamente representativo de las áreas de valles andinos, sino que además posee el excepcional carácter de sistema de rutas de vinculación física y articulación económica, social y cultural, tanto en dirección norte-sur, como este-oeste. Esta condición también se ha ido construyendo históricamente desde los primeros poblamientos humanos del Continente.
En la dirección oeste-este, gran parte de los estrechos valles transversales han servido, junto con la quebrada principal –y en parte continúan sirviendo- como vías de comunicación entre los distintos pisos ecológico-culturales que caracterizan al mundo andino y sus inmediaciones. Dichos pisos ecológicos son, de oeste a este: la costa del Pacífico, los oasis artificiales del desierto de Atacama, las punas, los valles de altura, los bosques andinos o yungas, las grandes planicies de oriente, constituidas en esta zona por la llanura chaqueña. Esas vías de comunicación fueron utilizadas desde tiempos prehistóricos por habitantes de distintas zonas que, utilizando sus caravanas de llamas como medio de transporte, estructuraron un comercio regional que vinculó las tierras, las poblaciones y los productos de todas esos pisos ecológicos. Tal intercambio ha sido característico de toda la región andina, combinado con el control directo por parte de distintas sociedades, de espacios ubicados en los distintos ecosistemas. Ambas formas de articulación y control ecológico se siguieron practicando en forma muy activa en la Quebrada de Humahuaca –aunque reemplazada la llama por el burro- hasta tiempos muy recientes.
Aún hoy estos antiguos caminos siguen siendo utilizados por las poblaciones actuales para sus actividades de subsistencia y sus prácticas comerciales, así como para realizar visitas y trámites de toda índole, para lo cual han reemplazado, aunque no totalmente, a los animales de carga por vehículos automotores. Probablemente, el más importante de dichos caminos sea la quebrada de Purmamarca, que se conecta a través del abra de Pibes o el abra de Lipán con las Salinas Grandes, la puna de Atacama, el salar de Atacama y sus pueblos-oasis (en territorio chileno) y el Océano Pacífico. Este camino ha sido usado desde remotos tiempos prehistóricos hasta el presente, y en la actualidad es el asiento de una de las más importantes vinculaciones carreteras entre el Atlántico y el Pacífico, a través del Paso de Jama.
En la dirección norte-sur, a lo largo del eje principal del valle de la Quebrada de Humahuaca, está situada la más importante vinculación física entre las tierras altas centro-andinas y las grandes llanuras templadas del sureste de Sudamérica. Ha sido ruta temprana de las migraciones de sociedades de cazadores y recolectores que completaron el poblamiento de América alrededor de diez mil años atrás. Luego fue el escenario de algunos de los episodios más tempranos de domesticación de camélidos, familia de animales perteneciente a las especies domesticadas en América. Diversas innovaciones tecnológicas típicas de los valles andinos –tales como sistemas constructivos, plantas y animales domesticados, terrazas, sistemas de riego y dispositivos agrícolas- se establecieron en la Quebrada de Humahuaca, junto con la cosmovisión y las formas de organización social que caracterizaron a sucesivas tradiciones culturales andinas.
Una línea de doce pucaras –asentamientos indígenas de ubicación estratégica en pequeñas lomadas- se fue instalando a lo largo de la Quebrada de Humahuaca, entre las actuales localidades de Volcán y Tres Cruces, hace alrededor de unos mil años, configurando uno de los conjuntos más notables del mundo andino por su notoria visibilidad. Hace unos seis siglos, la Quebrada de Humahuaca fue recorrida por los ejércitos Inka, que lograron incorporarla a su Imperio, convirtiéndola en camino para las materias primas cuya producción reorganizaron, y de contingentes humanos que iban a trabajar en la extracción de minerales, así como para la circulación de las noticias y los viajes de tropas y funcionarios necesarios para el mantenimiento de la cohesión política y administrativa de su vasto Imperio.
La Quebrada de Humahuaca constituyó luego el camino privilegiado para la penetración de las tropas conquistadoras y colonizadoras españolas en los siglos XVI y XVII, que, llega-das desde el Perú, fundaron el sistema de principales ciudades del noroeste argentino. Quedó así la Quebrada de Humahuaca incorporada al Imperio Español en América, del cual constituyó un tramo vital en el camino que conectó a Lima, su gran centro político y administrativo, con las posesiones del extremo sur del continente, el famoso Camino Real, a cuyo largo se construyeron postas para el recambio de caballos y el descanso de viajeros, pueblos de indios encomendados y casas de hacienda.
La independencia de los países sudamericanos convirtió a la Quebrada de Humahuaca en un escenario para el movimiento de tropas españolas y tropas criollas, que se desplazaban por ella en sus movimientos bélicos. También fue un escenario donde transitaron y guerrearon tropas de las dos grandes facciones (unitarios y federales) anteriores a la consolidación de la República. Finalizadas las Guerras Civiles, ya durante la segunda mitad del Siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX, se intensificó el tránsito comercial, consistente principalmente en tropas de ganado vacuno y ganado mular, que realizaba sus invernadas en distinto sitios de la Quebrada de Humahuaca y cuyos arrieros contribuyeron al patrimonio cultural con elementos provenientes de la cultura gauchesca de la región pampeana. En esa época también volvió a intensificarse el flujo migratorio que, proveniente de las tierras altas del sudoeste boliviano, continúa hasta nuestros días, incorporando continuamente nuevos y viejos elementos culturales andinos.
JUSTIFICACIÓN DEL VALOR UNIVERSAL EXCEPCIONAL
La justificación del valor universal excepcional, de acuerdo con lo exigido por la UNESCO para la primera inscripción de un bien en el listado tentativo de bienes del patrimonio mundial, incluye dos aspectos. En primer lugar, el cumplimiento de uno o más de los criterios establecidos en la guía operativa para la implementación de la convención del patrimonio mundial, en este caso para los bienes culturales. En segundo lugar, la existencia de garantías de autenticidad y/o integridad, para lo cual se ha practicado un inventario de las principales normas –incluyendo las que han declarado numerosos lugares de la quebrada como monumentos o sitios históricos nacionales-, y de los museos existentes en el área.
Criterios
La Quebrada de Humahuaca cumple con los siguientes criterios establecidos en la Guía Operativa:
· Se ha erigido como un testimonio excepcional de una tradición cultural que ha comenzado hace 10000 años y se mantiene hasta el presente (criterio iii).
· Sus diferentes manifestaciones culturales a lo largo del tiempo se han transformado en un ejemplo sobresaliente de la historia en un marco natural igualmente excepcional (criterio iv).
· Es el escenario de un establecimiento tradicional humano muy característico, sobre todo referido al uso de la tierra, de lo cual se ha conservado evidencia arqueológica, tecnológica y paisajística desde los albores de la domesticación hasta el presente, así como por la pervivencia de una gran diversidad de cultivos andinos. Constituye un paisaje de sustentabilidad en el tiempo y en el espacio (criterio v).
Garantías de autenticidad o de integridad
Normas legales de protección
Existe una serie de antecedentes legales que aseguran la integridad del Patrimonio de la Quebrada de Humahuaca.
Nacionales
1940. Ley 12665. Creación de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos.
1941. Decreto 84005. Reglamentación de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos.
1941. Decreto 95687. Declara Monumentos Nacionales la Capilla de Huacalera, Iglesia de la Candelaria y San Antonio de Humahuaca, Iglesia Santa Rosa de Lima Purmamarca, Iglesia de San Francisco de Tilcara, Capilla de Tumbaya y Capilla de Uquía.
1951. Decreto 9830. Régimen Impositivo de los Inmuebles declarados Monumentos Históricos.
1975. Decreto 370. Declara como Lugares Históricos a los Pueblos de Purmamarca y Humahuaca (en la Quebrada de Humahuaca), Yavi y Casabindo (en la Puna jujeña).
2000. Decreto 1012. Declaración como Monumentos Históricos Nacionales de los yacimientos arqueológicos de Coctaca, Los Amarillos, el Pucara de Tilcara y La Huerta.
Provinciales
1959. Decreto 2058. Declara Monumento Histórico Provincial a la Posta de Hornillos.
1982. Ley 3866. Protege y declara propiedad de la Provincia las ruinas, yacimientos y vestigios arqueológicos, paleontológicos, paleoantropo-lógicos e históricos de interés científico existentes dentro del territorio de la Provincia de Jujuy.
1984. Ley 4126. Creación del Parque Arqueológico de Coctaca.
1985. Ley 4179 y su modificatoria 5013 de 1997. Declaración de la actividad turística de Interés prioritario provincial y creación del régimen de promoción turístico.
1986. Carta Intención entre el Gobernador de la Provincia de Jujuy y el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO para la preservación de la Quebrada de Humahuaca.
1986. Ley 4559. Declara de interés provincial los trabajos de preservación y protección de los sitios arqueológicos de Inca Cueva y Sapagua, en el Departamento de Humahuaca, y Doncellas en el Departamento de Cochinoca, en la Puna Jujeña.
1990. Ley 4545 de protección del árbol y el bosque.
1993. Ley 4853. Ratificación del Convenio entre la Secretaría de Obras Públicas y Comunicaciones de la Nación y el Gobierno de la Provincia de Jujuy para el estudio y sistematización de la Cuenca Hídrica del Río Grande, en el sector Quebrada de Humahuaca.
1996. Ley 4927. Se dispone en todo el territorio de la Provincia el día 1º de Agosto la celebración de la Pachamama (Madre Tierra).
1996. Ley 4982. Ley Provincial de Cultura.
1998. Ley 5063. Ley General del Medio Ambiente.
1999. Ley 5122. Preservación, promoción y desarrollo de artesanías jujeñas.
2000. Ley 5206. Designa como Paisaje protegido la Quebrada de Humahuaca.
2000. Decreto 2319. Declara de interés prioritario los proyectos y programas que se formulen tendientes a postular a la Quebrada de Humahuaca para su incorporación en el Listado de Sitios de Patrimonio Mundial.
Municipales
1971. Ordenanza 006, para la Preservación del Pueblo de Purmamarca. La norma declara a Purmamarca y zonas aledañas Sector de Reserva Turística.
1986. Acta Adhesión de las Municipalidades de Humahuaca, Tilcara y las Comisiones Municipales de Huacalera y Purmamarca a la propuesta de recuperación, conservación, revalorización y explotación del Patrimonio de la Quebrada de Humahuaca con miras a lograr su declaración como Patrimonio Mundial.
MUSEOS Y SITIOS PATRIMONIALES ACONDICIONADOS PARA SER VISITADOS
HUMAHUACA
Ø Museo Folklórico Regional
Ø Estudio Museo Ramoneda
Ø Museo Arqueológico Municipal
Ø Museo de Artes Fernandez Mar
Ø Casa Museo Torres Aparicio
UQUIA
Ø Museo El Molino
TILCARA
Ø Museo Regional de Pintura José Antonio Terry
Ø Museo de Bellas Artes Hugo Irureta
Ø Museo Fundación Medardo Pantoja
Ø Museo de Esculturas Ernesto Soto Avendaño
Ø Museo del Escultor Alfredo Yacusi
Ø Museo de las Ermitas
Ø Museo Arqueológico Dr. Eduardo Casanova
Ø El Pucara de Tilcara y el Jardín Botánico de la altura
HORNILLOS
Ø Museo Histórico Posta de Hornillos
Ø Pucará de Hornillos
VOLCÁN
Ø Reserva Natural de Volcán
Sitios y monumentos históricos
Monumentos Históricos Nacionales
Ø Capilla de Humahuaca
Ø Capilla de Uquía
Ø Capilla de Huacalera
Ø Capilla de Tilcara
Ø Capilla de Purmamarca
Ø Capilla de Tumbaya
Ø Yacimiento arqueológico de Coctaca
Ø Yacimiento arqueológico Los Amarillos
Ø Yacimiento arqueológico La Huerta
Ø Pucara de Tilcara
Lugares históricos
Ø Pueblo de Purmamarca
Ø Centro del pueblo de Humahuaca
COMPARACIÓN CON OTROS BIENES SIMILARES
Desde el punto de vista natural, la Quebrada de Humahuaca es un paisaje altamente representativo de las áreas de valles mesotérmicos característicos de la región sudamericana de los Andes Centrales. Desde el punto de vista cultural, presenta una serie de atributos que le confieren un carácter excepcional con respecto a otros sistemas patrimoniales de la región.
Concentración espacial
Los componentes patrimoniales mencionados en el punto 3.3 se concentran a lo largo de un estrecho valle de unos ciento veinte kilómetros de longitud, con algunos otros sitios ubicados en las quebradas transversales a la quebrada principal.
Continuidad temporal
La interacción entre el sistema natural y las sociedades y culturas andinas se ha dado en la Quebrada de Humahuaca en forma continua a lo largo de por lo menos diez mil años.
Diversidad
La continuidad temporal, combinada con la concentración espacial, han dado como resultado un sistema paisajístico caracterizado por una rica densidad de componentes. Estos testimonian diversas etapas y momentos de ocupación humana del territorio, modalidades de producción del paisaje, tecnologías, estilos constructivos, ideas, conocimientos y creencias. Sobre un espacio natural de cierta homogeneidad, pero también ricamente diverso en Geoformas fenómenos hídricos y formaciones vegetales, se articulan así manifestaciones culturales de diversos orígenes prehispánicos, hispánicos, criollos y contemporáneos.
Ruta cultural
Como hemos visto, la Quebrada de Humahuaca ha constituido un espacio de intercambios culturales desde tempranos tiempos prehistóricos hasta el presente. Su doble condición de espacio de articulación entre los distintos pisos ecológicos andinos, por un lado, y entre la región andina y las grandes llanuras templadas del centro-este sudamericano –y a través de sus puertos, con el mundo europeo-, constituyen un rasgo absolutamente único entre paisajes semejantes en el resto del continente.
[1] Rabey, M. A., 1994
Conocimiento popular, recursos naturales y desarrollo: El caso de los Andes argentinos. En M. A. Rabey, ed., El uso de los recursos naturales en las montañas: Tradición y transformación: 201-212. Montevideo: UNESCO/MAB.
[2] WHC-92/CONF.002/2
[3] UNESCO, 2005, Guidelines on the inscription of specific types of Properties on the World Heritage List. http://whc.unesco.org/archive/opguide05-annex3-en.pdf